Nunca debemos llevar la mochila con un kilo de más de nuestro peso. Igualmente, debemos colocar todo lo que más pesa al fondo de la misma para reducir el daño que nos puede provocar en nuestra curvatura espinal. Si llevamos una mochila Crossbody tenemos que recordar cambiarla cada 15 minutos de lado. Preferiblemente hay que adquirir una mochila que tenga unas correas anchas y acolchadas. De hecho, son las más recomendadas por los fisioterapeutas.
Hay que evitar siempre llevar la mochila colgada solamente de un hombro por muy moderno que parezca y llevar solamente lo que sea imprescindible en la misma. Es fundamental evitar que la misma se balancee mientras estamos caminando.